Marcelo Montiel

Marcelo Montiel se define como un «Guardavidas, escritor, documentalista independiente y fotógrafo freelance».

Nació en el barrio de La Paternal de la Capital Federal hace 59 años, y hoy vive en Mar del Plata. Trabajó como socorrista durante 17 temporadas en Villa Gesell, entre los años 1992 al 2011.

  • ¿Cómo conjugás las diversas actividades con las que te definís?
  • «Actualmente me considero un guardavidas retirado, que se maneja como una especie de reportero o corresponsal de playa. Me dedico a salvar historias y momentos, me muevo por la playa con la libertad de sentarme a charlar con algún compañero que tenga algo para contarme, una anécdota, un rescate, un mal o buen momento de laburo. Me muevo por toda la costa. Cuando bajo a la playa encaro las casillas, intento vender mi novela, si puedo rescatar una historia mucho mejor y si puedo fotografiar un rescate o retratar un puesto con su guardavidas mejor que mejor, me voy hecho».
  • ¿Dónde hiciste el curso para guardavidas y qué te motivó a iniciarte en la profesión?
«Todas la olas de enero», su primer novela. Podés pedirla al a un costo de $ 20.000 más gastos de envío al Wp: 2236-24-6526
  • «Soy guardavidas de la Asociación Cristiana de Jóvenes de la Capital Federal, promoción 1990. Estando de vacaciones en Santa Teresita una noche con mis amigos me subí a una tarima y sentí una sensación increíble, algo se activó en mí. Difícil de explicar, una reencarnación quizás, no lo sé. Desde esa noche mi destino estuvo sellado».
  • ¿Te planteaste cambiar de profesión en algún momento de tu vida? ¿Por qué?
    «Sí, dejé la profesión dos veces. En el año 2005 fue la primera. No resistí. En el 2008 volví. En el año 2011 dejé definitivamente. Como te decía antes no estoy ejerciendo en este momento, pero siento que lo que estoy haciendo es de suma importancia para la profesión, sobre todo el documental, que es muy didáctico, sobre todo para las escuelas de guardavidas. Escribir es dificilísimo, y hacerlo bien mucho más».
  • Escribiste un libro “Todas las olas de enero” (2022) y realizaste un documental cinematográfico “Mare Magnum, historias de guardavidas” (2023) que da cuenta de 16 testimonios de distintos de socorristas… ¿cómo desarrollaste estas habilidades y qué resultados te trajeron las publicaciones?
    «Escribí ´´ Todas las olas de enero ´ a lo largo de cinco años de pruebas, errores y correcciones con tres licenciados en letras —correctores— diferentes. La manera despiadada con que extrañaba la profesión me llevó a hacerlo bien y contundentemente con una historia contada desde adentro, con el conocimiento que me había dado la experiencia. No me guardé nada».

«Post pandemia, cuando intenté hacer llegar mi manuscrito a las editoriales, me enteré que había un retraso de dos años. Entonces imprimí 100 ejemplares con una gráfica especializada y los salí a vender yo».
«El éxito fue rotundo. Y de ahí nació una nueva experiencia: la de filmar historias mano a mano, se estaba gestando, sin saberlo, el documental ´ Mare Magnum, ´historias de guardavidas’ . Los resultados son súper positivos en ambos casos, tanto el libro como el documental».
«La recepción fue increíble. Todo un orgullo para mí, haberme reinventado y tener la excusa para estar de nuevo en el ambiente desde otro ángulo. Más artístico».

  • ¿Seguís actualmente escribiendo o haciendo documentales?
  • «Continúo escribiendo textos cortos y poesía, todo referente a la profesión del socorrismo. Y estoy trabajando ahora en ´´ Mare Magnum Swell ´, que sería una segunda parte de mi primer film, más potenciada».
  • Villa Gesell tiene una población muy comprometida con la profesión de los guardavidas…. ¿Ves a todas las localidades de la Costa igual?
Pablo La Rama y Edgardo Ambrutis —»dos bestias de playa», describe Marcelo—en un rescate en Barrio Norte de Villa Gesell. «Fue espectacular, un atardecer en que el mar era un infierno. Es uno de mis mejores registros de rescates»
  • «La profesión en sí es la misma pero los operativos a pesar de ser similares, son muy diferentes. Cada administración se lo toma de manera peculiar, hay lugares con buenos recursos en cuanto al materiales humanos y malos recursos en cuanto a materiales de trabajo, está situación increíblemente se repite en varias localidades importantes. Hay localidades que no contemplan las licencias por maternidad por ejemplo y otros temas de esa importancia. Precarización es una palabra que retumba mucho en la costa. En fin».
  • ¿Y para finalizar, como te preguntás en alguno de tus posteos… ¿dónde creés que van las almas de lo ahogados?
  • «Las almas de los ahogados quedan sumergidas a la deriva durante cierto tiempo sin tocar el lecho arenoso, de hacerlo corren el riesgo de hundirse al Inframundo, se asoman a la superficie solamente las noches cerradas en que la luna está en cuarto menguante buscando su antiguo cuerpo. Los marinos las confunden con bancos de noctilucas, y obviamente se equivocan. Cada ocho lunas llenas un recolector cuyo nombre nadie conoce porque los que lo saben ya han partido, pasa a recogerlas para llevarlas hasta el Cinturón de Orión. Lugar de reinserción en nuevos futuros seres».

Alejandro Puga

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